Descripción General
El área de Cabo de Gata manifiesta un inequívoco interés ecológico,
puesto que inciden simultáneamente singularidades faunísticas, botánicas,
geológicas y paisajísticas. Se localiza en el extremo suroriental
de la provincia de Almería, a media hora de la capital. Dentro del
espacio se encuentran los pueblos de San Miguel de Cabo de Gata
y Las Salinas, emplazados a 32 y 34 kms. de la capital, y con una
población de 1.200 habitantes entre ambos. En el flanco Nordeste
se localizan San José, Pozo de los Frailes y Escullos con 500, 300
y 200 habitantes; núcleos que aumentan considerablemente su población
durante el verano.
Se accede al espacio por el extremo occidental, a través de la carretera
comarcal de Almería a San José y su bifurcación a la barriada de
San Miguel de Cabo de Gata. Igualmente, por medio de ella se puede
llegar al área montañosa. El espacio está atravesado por una vía
interior estrecha y asfaltada que conecta San Miguel y el faro de
Cabo de Gata. Además hay diversos caminos de servidumbre: el carril
costero desde El Alquián a Cabo de Gata. o el que rodea las Salinas.
El aprovechamiento económico del suelo es muy bajo, ya que escasamente
una tercera parte se dedica al cultivo, predominando el cereal de
secano, nopal y cereal de riego. Entre las causas de esta situación
figuran la falta de regadío, las fuertes pendientes del terreno
y los suelos poco profundos.
Todo
ello unido a una estructura agraria con predominio del latifundio.
En la actualidad el espacio dispone de varios recursos como son,
además de la explotación salinera, la riqueza piscícola en su plataforma
litoral donde se capturan especies de gran cotización, y la creciente
demanda internacional de turismo naturalista.
Hay que señalar en el entorno inmediato del espacio la localización
de las instalaciones del centro de investigación y experiencias
de Michelín. En el paisaje concurren valores estéticos diversos:
sobre un fondo de severa aridez, alternan oasis que circundan los
charcones salinos, ásperas vertientes, acantilados de más de 100
metros que penetran en el mar, extensas formaciones dunares cuaternarias
y amplias panorámicas que dominan mar, arena y agua.
Aunque ecológicamente en el espacio de Cabo de Gata distinguimos,
al menos, tres biotopos, desde el punto de vista geológico sólo
son diferenciables dos áreas con topografías y génesis muy distintas.
La primera corresponde a una llanura costera que se extiende hasta
el píe de la Sierra de Cabo de Gata, formada por materiales sedimentarios
muy recientes, donde aparece un cordón litoral que separa el mar
abierto una serie de estanques dedicados actualmente a la extracción
de sal y que corresponden al hábitat de "Las Salinas".

Las dunas constituyen el segundo de los biotopos que también se
asienta sobre la llanura litoral. Están formadas por arenas procedentes
de la playa que se acumulan en torno a obstáculos, transportadas
por los vientos de Poniente, aunque su morfología puede encontrarse
modificada por los de Levante.
El tercero de los biotopos es la Sierra de Cabo de Gata, con la
topografía más accidentada, y formada por rocas volcánicas casi
en su totalidad. Estas rocas han sufrido una fase de alteración
hidrotermal, causa de su riqueza y variedad mineralógica (oro, jaspe,
ágata, etc.)
El clima de Cabo de Gata es subtropical mediterráneo desértico.
Constituye el enclave más árido de la Europa mediterránea, de tal
manera que las condiciones de sequedad son comparables a las que
caracterizan a amplios territorios de Africa del Norte u Oriente
Medio.
El tapiz vegetal en la Sierra de Cabo de Gata está representado
por comunidades de matorral, en las que abundan las labiadas y cistáceas,
configurando una asociación endémica. En la estepa litoral aparecen
comunidades de tomillar con limonios y salsolas como producto de
degradación de los primitivos espinales y palmitales, que se ven
invadidas por especies sammófilas provenientes de la playa.
Geomorfología
Está condicionada en la sierra por la variedad de rocas que aparecen
y por su diferente comportamiento ante los fenómenos erosivos, que
se ha potenciado por la última fase de salida de fluidos a través
de fracturas. Estos transforman, en algunos casos totalmente, el
material original cambiando su resistencia mecánica. Todo ello se
traduce en unas formas de relieve que se articulan en lomas redondeadas,
fuertes escarpes y una costa acantilada en la que aparecen pequeñas
calas coincidentes con la desembocadura de ramblas de régimen torrencial.
En la llanura litoral, las principales características morfológicas
están directa o indirectamente ligadas a la acción marina. Podemos
señalar, en primer lugar, el trazado rectilíneo de la costa, originado
por la construcción de un cordón litoral que individualiza los actuales
estanques de las salinas y que en las proximidades de la Rambla
de las Amoladeras se ve alterado por la existencia de fallas de
desgarre. Hay que destacar la existencia de una franja de dunas
en forma de "barjan" que se alimenta de arena. transportada desde
la playa por los vientos de Poniente, y la presencia de cuatro niveles
de terrazas marinas que se pueden observar en la desembocadura de
la Rambla de las Amoladeras.
Clima
El régimen de temperaturas individualiza al Cabo de Gata en el conjunto
del sureste español y le aproxima a los climas cálidos desérticos
tropicales de litoral. Estamos ante un clima subtropical mediterráneo
desértico, con veranos largos y cálidos, inviernos frescos y cortos,
en el que tanto el otoño como la primavera muestran rasgos muy moderados.
A la escasa cantidad anual de lluvias -150 mm.- se agrega la irregularidad
en su distribución interanual. Las precipitaciones se concentran
en la época fría (octubre a abril) y un dilatado periodo seco se
extiende de mayor a septiembre registrándose tan sólo 3,4 mm. entre
los meses de junio, julio y agosto. Cabo de Gata mantiene valores
elevados todo el año de humedad relativa, alcanzando las cotas más
altas en plena estación fría. pero sin descender del 72% durante
julio y agosto, y ello como consecuencia de la influencia marítima.
Vegetación
En este enclave árido, que penetra ampliamente en el Mar de Alborán,
existen constantes condensaciones de neblinas y rocíos que palian
en parte la escasez de lluvias, favorecen el dominio de los arbustos
espinosos y el mantenimiento estival de la estepa rerofita litoral
en la que dominan salsolas y gramíneas.
Hay varias causas que explican el retroceso de la vegetación arbustiva
y el avance de la desertificación en Cabo de Gata: el aprovechamiento
del monte bajo para el suministro de leña, el pastoreo abusivo y
los incendios.
Los espinales y palmitales que en un principio poblaron esta región
han sido sustituidos por el tomillar, que es propio de estos parajes
almerienses y representante de la degradación de la vegetación en
la península.
El paisaje vegetal en la actualidad lo constituyen comunidades de
matorral, con predominio de labiadas y cistáceas que colonizan la
sierra volcánica, definiendo una asociación endémica. Comunidades
seriales más austeras de tomillar, con predominio de limonios y
salsolas, ocupan la estepa pedregosa litoral. Ahora bien, para entender
la distribución de la vegetación en el espacio hay que tener en
cuenta las especies sammófilas, propias de la playa, y su penetración
hacia el interior de la estepa, al compás de las arenas de vuelo,
que impulsan los vientos dominantes de Poniente.
Estas configuran depósitos poco profundos de arena, o grandes dunas,
en un equilibrio de los vientos y de la topografía, La persistencia
sobra la dunas de ejemplares relícticos de la vegetación potencial
de Azufaifes y la aparición de comunidades vegetales higráfilas
y halófila en el entorno de las charcas de las salinas, nos permiten
considerar las siguientes unidades de vegetación:
Comunidades halófilas de orla
Todo el recinto salinero está invadido por denso matorral de vegetación
halófila que constituye un cinturón entre 20 y 200 m. de anchura;
además, invade los diques que cruzan el recinto y los escasos islotes
existentes en los estanques. Predomina la sosa ("Arthroenemun fruticosum")
y ecológicamente se encuentra condicionada por la riqueza en cloruros
del suelo. Los carrizales ocupan una franja de 2 kilómetros al Este
de los charcones, en algunos tramos con anchura cercana a los 100
metros, proporcionando cobertura para la nidificación de aves acuáticas
y sirviendo de dormidero a passeriformes coloniales. Los juncales
sólo ocupan los "corrales", es decir, pequeñas depresiones entre
dunas fósiles permanentemente húmedas.
Vegetación estepárica
Comunidades de tomillar aclarado se desarrolla sobre litosuelos
entre los que predominan salsolas, limonios, launéas, esparragueras
y asfodelos. Y sobre todo destaca por su abundancia y porte, la
bojalaga ("Thymelaea hirsuta").
Comunidades de matorral
Ocupan
la sierra volcánica, con su máximo desarrollo en los barrancos más
umbríos, en donde persisten elementos de la primitiva vegetación,
como el cornicabra ("Periploca angustifolia"), el arto ("Maytenus
senegalensis"). el azufaife ("Ziziphus lotus") y el palmito ("Chamaerops
humilis"), aunque la asociación genérica y exclusiva de la sierra
tiene como características el matagallo ("Phlomis caballeroi") y
la aulaga morisca ("Ulex parviflorus").
Fauna
Este
ecosistema, considerado como uno de los más relevantes de Andalucía,
se caracteriza por una gran variedad de fauna y especialmente, avifauna
acuática. Todo ello es debido a la localización del área en el extremo
sudoriental de la Península, a la peculiaridad ecológica que supone
la presencia de una superficie encharcada de más de 3.000 has. y
a la sierra volcánica con sus múltiples barrancos y acantilados.
Durante el verano (julio, agosto y septiembre) es la mejor época
para observar la avifauna que alberga los charcones, ya que es cuando
se produce el estacionamiento de miles de flamencos y larolimícolas,
procedentes de otros enclaves andaluces, norteafricanos y europeos.
No obstante, durante el resto del año, no deja de tener interés
la visita para observar gaviotas, patos y garzas en invierno; cigüeñuelas
y chorlitejos patinegros en primavera y multitud de especies de
limícolas durante los pasos prenupcial (febrero a abril) y postnupcial
(septiembre a octubre). Debemos añadir que la víbora hocicuda ("Vipera
latasti") en los palmitales y canchales volcánicos y la alondra
de Dupont ("Chersophilus duponti") en la estepa litoral acrecientan
la singularidad ecológica del espacio.
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