Descripción General
El
espacio que proponemos abarca el núcleo Central de Sierra de María,
extendiéndose a través de los términos municipales de María, Vélez
Blanco, Vélez Rubio y Chirivel, situados en el extremo norte de
la provincia. Aproximadamente delimitada por las carreteras que
conectan Vélez Rubio con Orce y Chirivel, el área formó parte del
Marquesado de los Vélez, lo que explica la riqueza de su patrimonio
artístico y monumental. Vélez Rubio, el municipio más poblado, con
9.000 habitantes, posee destacados monumentos, entre ellos la iglesia
parroquial y el convento de San Francisco, con tallas barrocas de
Salcillo. Vélez Blanco, de 6.000 habitantes, fue la sede del Marquesado
de los Vélez, conservándose su espléndido castillo del siglo XVI,
uno de los más bellos y representativos del Renacimiento español.
También destacan su iglesia mudéjar y el convento de San Luis. Emplazada
en el altiplano, a 1.250 metros, y de eminente vocación agrícola
y forestal, María con 2.500 habitantes, es una villa perfectamente
integrada en el ecosistema de montaña. Al margen de sus valores
ecológicos, el espacio posee uno de los patrimonios arqueológicos
de mayor importancia de la provincia, con yacimientos prehistóricos
tan relevantes como la Cueva de los Letreros, con pinturas rupestres
neolíticas, Cueva Ambrosio, Leria, Zara y el Gabar.
En esta comarca, la mayor parte de la superficie son montes del
Estado o de los Ayuntamientos y algunos latifundios. Los recursos
forestales, ganaderos y otros aprovechamientos, tales como la extracción
de aceites esenciales a partir de plantas aromáticas, constituyen
las principales fuentes de riqueza del Parque. En una provincia
donde la aridez es la norma que rige el paisaje, sorprende la espectacular
belleza de la Sierra de María, en donde se combinan agrestes relieves
y la frondosidad de sus bosques.
El clima, como elemento modelador del paisaje, es mediterráneo continental,
con unas precipitaciones anuales de 410 mm distribuidas las más
abundantes en otoño, seguidas de las de primavera y sequía en verano.
Sus temperaturas extremas oscilan entre los -18 y 40ºC. con abundantes
heladas y presencia de nieve en las cumbres, todos los años en invierno.
Su geología, integrada en su totalidad por materiales sedimentarios,
de una gran complejidad tectónica, se estructura en varias unidades.
Destacan los materiales carbonatados (calizas y dolomías) que esculpen
los principales relieves, de colores blanco-grisáceos.
Comunidades Vegetales
En
la Sierra de María contrasta fuertemente la degradación vegetal
de las vertientes de la solana con los espléndidos pinares que ocupan
toda la umbría. Desde la base del macizo hasta una altura aproximada
de 1.500 mts predominan los bosques de pino carrasco ("Pinus halepensis")
que, aunque replantados en un área que teóricamente corresponde
al encinar, resisten mejor que el bosque esclerófilo la aridez del
clima, adaptándose perfectamente a la comarca y siendo designados
por los del lugar como "pinares viejos" al no conocerse en muchos
casos la época de repoblación. Como las entresacas tradicionales
respetan el crecimiento biológico de estos sombríos pinares mediterráneos
de corteza roja y ancha copa, la masa forestal de Sierra María constituye
uno de los ecosistemas más representativos de la provincia.
Sólo la presión excesiva que ejerce el pastoreo lanar sobre el sotobosque
del pinar, en algunos enclaves, constituye todavía una amenaza para
su equilibrio ecológico. Los encinares en sentido estricto ("Quercus
rotundifolia") han retrocedido hasta desaparecer, quedando en enclaves
más húmedos e inaccesibles pequeños bosques adehesados y magníficos
ejemplares centenarios dispersos, que nos hacen pensar en su pasado
esplendor. El chaparral, sucesor del bosque autóctono de encinas,
está mucho más extendido, constituyendo en ocasiones el sotobosque
del pinar junto con los enebros ("Juniperus oxycedrus"), sabinas
("Juniperus phoenícea"), jaras ("Cistus sp."), romeros ("Rosmarinus
oflícínalis"), lavandas ("Lavandula sp."), tomillos ("Thymus sp."),
matagallos ("Phlomis sp."), etc.
En altitudes superiores por encima de los chaparrales y pinares
de carrasco al pie de los crestones calizos de las cumbres, existen
manchas aisladas de pino negro ("Pinus nigra"), a veces acompañado
por sabinas rastreras ("Juniperus nana"), enebros ("Juniperus oxycedrus"),
matorral espinoso de "Berberis y Crataegus y algunos ejemplares
de Aceres ("Acer granatensis").
Sobre las cumbres calizas y ocupando los claros del bosque del piso
medio, la comunidad característica es el piornal, formación vegetal
inconfundible formada
por papilionáceas, crucíferas y umbelíferas, de talla pequeña o
mediana, que suelen ser espinosas y adoptan porte almohadillado
para defenderse de la xericidad y de las bajas temperaturas invernales.
Los piornales ("almohadillados de pastor") contribuyen a fijar con
sus raíces los numerosos canchales existentes y constituyen la comunidad
más extendida por encima de los 1.800 mts. de altitud. En la Sierra
de María las especies más abundantes en el piornal son "Erinacia
anthyllis", "Genista boisgien", que resiste mejor la aridez, y "Vella
espinosa", que hace honor a su nombre, florece en primavera y es
la de vocación más alpina.
Además de los pinares y piornales, existen en la comarca algunos
sabinares ocupando cerros especialmente agrestes y peñascosos como
el del Gabar. En las laderas de exposición sur y sureste de Sierra
María y especialmente en el cerro del Maimón se han descubierto
desde finales del XIX numeroso endemismos que confieren al complejo
calizo un gran interés florístico.
Entre las especies endémicas debemos citar "Helianthemum rossmaessleri",
"Centaurea macrorhiza", "Brassica repanda" y "Horrnatophylla longicaulis",
localizadas en la sierra, y "Sideritis acostae", en el Miamón Chico.
Fauna
La
estratégica situación de la Sierra de María es la causa determinante
de la fauna que alberga, destacando el grupo de las aves con 106
especies diferentes, de las que 91 se reproducen en la zona y 15
son invernantes. El grupo explota los distintos ecosistemas de la
Sierra, sobresaliendo el triparriscos ("Trichodroma murania"), el
alcaudón real ("Lanius excubitor"), el agateador ("Certhia brachydáctila"),
el mito ("Aegitalus caudatus"), el vencejo real ("Apus melva"),
el reyezuelo sencillo ("Regulus regulus") etc. A su vez, dentro
de las aves, merece especial atención el grupo de las rapaces, ampliamente
representadas dentro del contexto de la Sierra y entre las que cabe
señalar el águila real ("Aquila Chrisaetos"), el águila culebrera
("Circaetus gallicus"), el azor ("Accipiter gentilis"), el buho
chico ("Asio otus"), el buho real ("Bubo bubo") y el autillo ("Otus
scops").
Los
mamíferos y los reptiles ocupan un segundo plano dentro de la fauna.
No obstante, dentro de uno y otro grupo aparecen las especies típicas
de los ecosistemas mediterráneos. Entre los mamíferos cabe destacar
el lirón careto ("Eliomis quercinus"), el gato montés ("Felis silvestris"),
la ardilla ("Sciurus vulgaris"), el tejón ("Meles meles") y el jabalí
("Sus serofa"); entre los reptiles, la víbora ("Vipera latastei"),
la culebra de escalera ("Elephe scalaris") y el lagarto ocelado
("Lacerta lépida"). Por último, dentro de los insectos, hay que
destacar la presencia de taxones únicos, entre los que se encuentra,
como más interesante, la "parnasius apollo", mariposa endémica de
las sierras béticas y que, en ésta, aparece como subespecie "mariae".
Itinerario
El itinerario que proponemos parte desde María. En automóvil seguimos
la carretera comarcal que conduce a Orce. Un kilómetro después de
iniciado el trayecto, nos desviamos a la izquierda por una pista
señalizada que asciende el piedemonte de la Sierra y nos conduce
a la ermita de la Virgen de la Cabeza, en donde existe un refugio
de montaña y podemos observar el pinar de carrasco, una panorámica
del altiplano y los farallones y canchales calizos. Tomando de nuevo
la carretera de Orce, nos desviamos unos 3 kilómetros más adelante
por la pista forestal que conduce al paraje de "Los Alamicos", en
donde podemos observar el paisaje más bello de la sierra desde el
refugio forestal, existiendo en este enclave una gama diversa de
frondosas en las instalaciones recreativas.
La tercera parte del itinerario, nos conduce hasta la adecuación
recreativa de "La Fiza", en donde podemos comer y descansar, utilizando
los servicios existentes. Aunque el regreso normal consiste en retroceder
lo andado, volviendo hasta María, proponemos, si se dispone de un
coche todo terreno, continuar por la pista forestal de la Alfahuara
hasta Casablanca, cruzando la Sierra, por el camino que conduce
a Chirivel, y que nos permite en éste último trayecto observar el
paisaje vegetal no arbóreo, característico del sustrato calizo.
Recomendaciones
- Teniendo en cuenta el alto riesgo de incendio, se exige la máxima
precaución.
- Existen dos adecuaciones recreativas: La Pisa, Los Alamicos, perfectamente
acondicionados para realizar acampadas, con todos los servicios
necesarios. También existen tres refugios de montaña en la umbría
de la Sierra: el de Los Alamicos, el de la Ermita de la Virgen y
la Casa del Coto.
- El clima aconseja proveerse de ropa de abrigo, sobre todo en los
meses de otoño e invierno.
- Las panorámicas del paisaje y la posibilidad de observación de
la fauna, recomienda ir provistos tanto de cámara fotográfica como
de prismáticos.
- El periodo primavera-verano es el más gratificante para las herborizaciones
botánicas, siempre respetando a los endemismos. En la umbría de
la Sierra de María, el pinar de halepo naturalizado sé íntegra en
el ritmo biológico del bosque autóctono.
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