Vera
está situada en el levante almeriense muy cerca de la costa. Ha alcanzado
un gran desarrollo urbano, que ha sabido compaginar con su historia,
logrando un desarrollo urbanístico y turístico moderno, proporcionando
a todo su entorno unas excepcionales expectativas económicas, no solo
por el avance de su agricultura, sino en otros sectores económicos
ligados al turismo, como es la hostelería.
La ciudad se está adaptando a su nueva realidad pero sin olvidar su
pasado. Vera conserva con esmero su patrimonio documental e histórico,
como el Ayuntamiento, un edificio del siglo XVI que tiene en su interior
los escudos de los diferentes gremios que existieron en la ciudad;
o como la Iglesia de la Encarnación (iglesia-fortaleza para dar cobijo
a la población en caso de asalto) que posee un envidiable retablo
barroco; o como el Museo Histórico con su Archivo.
Vera es una ciudad que ha atravesado la historia y siempre ha sabido
sobrevivir a ella.
Las huellas de las distintas civilizaciones se han ido acumulando,
enriqueciendo la personalidad y la cultura de sus gentes. Hoy día,
aún podemos disfrutar del variado folklore y de las numerosas fiestas,
heredados de los antepasados, así como de los esmerados trabajos en
artesanía popular (alfarería, cerámica, esparto, jarapas y mármol).
Herencia del pasado son también sus especialidades gastronómicas,
como el pimentón, los gurullos, las gachas o las sopas de mariscos.
Su clima que garantiza el máximo de días solares diurnos; sus amplias
playas de grandes fondos arenosos y aguas límpidas; sus comunicaciones
a escasos kilómetros del aeropuerto internacional de Almería, y todo
ello dotado de excelentes instalaciones de Golf y deportivas. Además
Vera es la referencia del naturismo español y europeo.